La televisión se ha convertido en un miembro más de la familia. Está en todas partes - en el salón, en la cocina, en el dormitorio- y a todas horas – cuando cenamos, cuando comemos o cuando la escuchamos de fondo mientras realizamos cualquier tarea.
Muchas veces, la falta de tiempo y el cansancio de los padres hacen que la televisión se convierta en el comodín, en el compañero de juegos y en socorrido entretenimiento mientras hacemos la cena o llamamos por teléfono… y es que “es tan cómodo que esté calladito y tranquilo”… Pero ¿puede esto tener efectos perjudiciales para el niño?
Aunque la televisión parezca la distracción ideal, a los padres les entra la duda y empiezan a preocuparse con razón. Durante el tiempo que el niño está viendo la televisión, está inmóvil, pasivo y en silencio, no habla, no se mueve, no juega, no crea, no se relaciona…etc. Todas las investigaciones coinciden en que demasiado tiempo delante de la televisión da lugar a la aparición de problemas infantiles, como por ejemplo:
• FAVORECE LA OBESIDAD. Al tratarse de una actividad totalmente sedentaria conlleva la falta y / o ausencia de ejercicio físico.
• DISMINUCIÓN DEL RENDIMIENTO ESCOLAR. Se altera su capacidad para razonar, al niño le da pereza pensar, pierde agilidad y soltura para hacerlo y, lo más normal, es que lo evite. Aparece una menor fluidez de expresión verbal y un retraso en la escritura y en la lectura.
• PERTURBACIÓN DEL SUEÑO: ver mucho la televisión afecta a su calidad del sueño, pero si además el contenido es violento, aumentan los miedos y las fantasías agresivas.
• FOMENTA LA AGRESIVIDAD. El contenido agresivo está inmerso en muchos programas y eso hace que se perciba como algo natural. El niño es muy susceptible a estos mensajes agresivos, porque tiene menos capacidad de crítica y da por bueno lo que sale en la televisión (siempre y cuando lo entienda medianamente), incorporando la agresividad a su personalidad.
• FRENA LA IMAGINACIÓN. La televisión lo da todo hecho, las secuencias se suceden unas a otras rápidamente, sin que el niño participe, el niño no tiene que inventar ni imaginar nada.